Antes y después de usarlo, enjuagà el protector bucal con agua fría o con un enjuague bucal antiséptico. Lo podes limpiar con pasta de dientes y un cepillo dental también. Cuando no lo estes usando, colocà el protector bucal en un envase con perforaciones. Esto permite la circulación del aire y ayuda a prevenir que se dañe o formen hongos. Evità las temperaturas altas del agua, las superficies calientes o la luz solar directa porque pueden distorsionar el protector bucal.
Examinalo a ver si tiene desgarres o huecos o si se ha aflojado.
El protector bucal roto o desgastado puede irritar tu boca y puede disminuir el grado de protección que provee. Concurrì regularmente a chequeos dentales y llevà tu protector bucal para que el dentista pueda verificar que está todavìa en buenas condiciones. Recordà Siempre que el Protector Bucal te AYUDA a PREVENIR lesiones en la boca!.